Tras el ineludible parón de actividades por la pandemia del COVID 19, las actividades públicas vuelven a la normalidad y entre ellas el tradicional, pues ya son 6 ediciones, concurso internacional de vinagres, VINAVIN.
Como es habitual, en el palacio de la Merced de la Diputación de Córdoba, aunque en fechas más benévolas (5 de marzo de 2022), en esta ocasión se han presentado vinagres de Hungría, que ha tenido un gran protagonismo en el concurso, de Argentina, de Italia, Alemania y Francia. Y lógicamente españoles, de diversas comunidades autónomas como La Rioja, País Vasco, Canarias y Galicia, aunque por supuesto presencia mayoritaria de Andalucía y concretamente de Córdoba, donde se realiza el concurso. Un total de 24 bodegas, con una participación de 85 vinagres.
Y como jueces del concurso, 21 catadores (Almudena Villegas, Andrea Chicaza, Azahara Lopez, Cristina Moya, Daniel Pla (Comino), Eu Cortés, Fran Leon, Isidoro García, Jesus Flores, Jonatan Armengol, José Ferrer, Jose Maria Montero, Jose Miguel Barrón, Manolo Luque, Marga Reig, Miriam Cozar, Periko Ortega, Pilar Marin, Raúl Marquez, Remedios Marin y Victoria Gámez) repartidos en 5 mesas de cata.
Como apoyo logístico alumnos del IES Gran Capitán, del Aula del Vino (UCO) y en esta ocasión, también 8 alumnos de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (universidad de Córdoba), como colaboración que ha prestado la Cátedra de Gastronomía de Andalucía.
La labor de la Cátedra de Gastronomía de Andalucía en el concurso, además de con los voluntarios mencionados, consiste en el desarrollo y la aplicación de herramientas TIC que permite a los jueces evaluar mediante su móvil la muestra que tienen que catar, lo que automáticamente se registra en una hoja de cálculo que automáticamente hace las sumas de los atributos puntuables del vinagre y calcula las medianas de cada muestra con las puntuaciones de todos los jueces de la mesa.
Además, se va generando un ranking automático y se hace un control de jueces que hayan omitido alguna muestra o muestras catadas duplicadas por los jueces. Esto último, puede ser de forma accidental, detectándolo y eliminando el error o bien porque algún juez o la mesa entera decida “recatar” un vinagre (sobre todo los muy iniciales). Mediante una pantalla de gran tamaño, situada en la sala, los asistentes pudieron conocer en tiempo real como se estaba desarrollando el concurso.
En la entrada del anterior concurso (VINAVIN 5) explicamos con más detalle el funcionamiento de la aplicación.
Además, con un alumno colaborador de la Cátedra de Gastronomía de Andalucía en cada mesa de cata, había una comunicación fluida entre las mesas (los catadores) y el control, para comprobar el buen desarrollo del concurso.
La aplicación fue muy bien valorada por los jueces, tanto los que la usaban por primera vez, como los que ya la usaron en la edición anterior, pues se ha mejorado en usabilidad y en el nuevo formato es más ágil y reduce la posibilidad de errores.
En cuanto a los alumnos voluntarios de la Cátedra de Gastronomía de Andalucía, además de conocer en persona el funcionamiento de un concurso de estas características, aprendieron como se crea este tipo de aplicaciones on-line y como se obtienen los resultados y se calculan las estadísticas necesarias. La labor formativa, siempre presente.
Como siempre una organización muy cuidada en todos los aspectos por la asociación VINAVIN, a la cabeza de la cual está Rocío Márquez y con la estrecha colaboración de Isabel López Infante, pero echando de menos a Carmen Mª Requena a la que felicitamos por su reciente maternidad.
Los resultados del concurso, aunque de forma codificada se supo nada más terminar éste, pero en breve VINAVIN comunicará a que corresponden los códigos de las muestras catadas, para saber cuales han sido los vinagres ganadores.
Nuestra enhorabuena por consolidar y hacer crecer este concurso internacional de vinagre que se ha convertido en un referente mundial para el mundo el vinagre.
Es un detallado artículo