Esta infografía visualiza la dualidad actual del etiquetado alimentario, contrastando la rigidez normativa de la información obligatoria con la variedad de los sistemas gráficos frontales.

1. La Parte Posterior: El rigor de la información obligatoria En la Unión Europea, la etiqueta trasera es la fuente oficial de información y se rige por normas estrictas para permitir la comparación exacta entre productos.

• • Los 7 Imprescindibles: Son obligatorios siete datos nutricionales clave (valor energético, grasas, de las cuales saturadas, hidratos, de los cuales azúcares, proteínas y sal).
  • Sal vs. Sodio: A diferencia de otras regiones, en la UE se declara «Sal» y no «Sodio». El cálculo es preciso: todo el sodio se multiplica por 2,5 para convertirlo en sal, aunque el origen no sea sal de mesa (por ejemplo, aditivos como el ciclamato sódico).
  • Cambios Normativos: Elementos que antes eran obligatorios, como la fibra alimentaria, han pasado a ser de declaración voluntaria.
  • Declaración de azúcares añadidos: Por ejemplo, en EE.UU. y México es obligatorio desglosar los ‘azúcares añadidos’ en la información nutricional; en la Unión Europea solo se declaran los ‘azúcares totales’, sin distinguir los intrínsecos del alimento de los adicionados industrialmente.
    145 científicos, académicos y técnicos españoles en el año 2021 solicitaron que se modificara para la UE el Reglamento de información alimentaria facilitada al consumidor.

2. La Parte Frontal: Rapidez visual y tendencias globales La parte derecha de la infografía muestra los sistemas voluntarios diseñados para la toma de decisiones rápida («Front of Pack»).

• Europa vs. América: Mientras que en Europa existen seis modelos de etiquetado frontal de los alimentos, uno de ellos  Nutri-Score (colores y letras), en el continente americano la tendencia es el uso de sellos de advertencia en blanco y negro (octógonos, lupa… que identifican exceso de nutrientes críticos), considerados sistemas de alerta más directos.
• El debate: Estos sistemas buscan simplificar, pero a veces generan controversia, como ocurrió con el algoritmo original de Nutri-Score que penalizaba al aceite de oliva (AO, AOV, AOVE y AOO) frente a otros aceites vegetales refinados.

Conclusión: Mientras la etiqueta trasera ofrece datos precisos (gramos por 100 g o 100 ml), la frontal busca interpretar la calidad nutricional total de un vistazo o la identificación de exceso de nutrientes críticos, debatiéndose actualmente entre modelos informativos (qué tiene) o interpretativos (si es bueno o malo).