En esta ocasión el relato no es cosa mía, sino lo que ha publicado el diario Lanza (edición digital del 16 de abril de 2015) sobre una aportación al I Congreso Nacional «Ciudad Real y su provincia» realizada por el prof. Diego Santiago Laguna, en la que he colaborado modestamente, y que tiene por título «Banquetes, yantares y ayunos de Sancho Panza
Diego Santiago laguna habló de sus Yantares y ayunos
Sancho Panza se queda con la miel en los labios cuando llegan los grandes banquetes
Sancho Panza, hombre sencillo de buen apetito, se queda siempre con la miel en los labios cuando “espera hartarse de comer” en los grandes banquetes, comentó ayer el catedrático de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, Diego Santiago Laguna, que presentó en el Villaseñor, junto a Rafael Moreno Rojas, la comunicación ‘Banquetes, yantares y ayunos de Sancho Panza’.
En su comunicación, expuesta en el marco del I Congreso Nacional ‘Ciudad Real y su provincia’, se fijan en Sancho Panza como persona con una vida sencilla que come como la gente modesta de su tiempo “y a veces tiene la oportunidad singular de ser el protagonista de un banquete, pero, curiosamente, le pasa como a su señor con los gigantes que se le convierten en molinos de viento”. En las Bodas de Camacho, pese a que consigue espumar un cucharón de carne de una olla magnífica, no acaba de comérsela y de saborear los magníficos manjares dispuestos para celebrar la boda con Quiteria la hermosa, y tampoco disfruta, siendo gobernador de la Ínsula Barataria, de la mesa aderezada con suculentos platos ya que por argucias basadas en proteger su salud y “conservar la ligereza de cuerpo y lucidez de mente, le dejan al pobre en ayuno”.
Pese a ello y a que Sancho se queja de la austeridad y contención en la comida del ingenioso hidalgo, el escudero come “razonablemente” la mayoría de los días, aunque no llenara toda su necesidad alimentaria, en opinión de Santiago Laguna.
En su comunicación, en la que hablaron del vino que en aquellos tiempos no se consideraba un alimento y ahora se estima como un componente alimentario de la dieta tomado con moderación, también realizaron, empleando una herramienta sobre los nutrientes fundamentales, una valoración de la alimentación de Sancho en relación con las demandas nutricionales que tendría un hombre de unos 40 años, a partir de lo que se cita en pasajes como en el que come en mitad del campo con el escudero del Caballero del Bosque.
(ver la comunicación al congreso)
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